El sueño es fundamental para la reparación del organismo y la ausencia de sueño reparador causa estrés y ansiedad, entre otros problemas de salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40% de la población duerme mal. Un nuevo estudio publicado en la revista médica Neurología de la Academia Estadounidense de Neurología advierte que las personas que sufren apnea del sueño y pasan menos tiempo durmiendo de forma profunda pueden tener más probabilidades de tener biomarcadores cerebrales vinculados con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo.
Los biomarcadores miden qué tan bien se conserva la materia blanca del cerebro, importante para conectar sus diferentes partes. Uno de los biomarcadores, las hiperintensidades de la sustancia blanca, son pequeñas lesiones visibles en los escáneres cerebrales. Estas se vuelven más comunes con la edad o con la presión arterial alta no controlada.
El otro biomarcador mide la integridad de los axones, que forman las fibras nerviosas que conectan las células nerviosas. El estudio no prueba que estos trastornos del sueño provoquen los cambios en el cerebro, o viceversa. Solo advierte una asociación.
Las apneas del sueño son momentos en los que la persona deja de respirar durante 10 segundos o más y después de este evento respiratorio, casi siempre se presenta el ronquido. Cuando tiene apneas de grado moderado a severo, la persona se levanta cansada, con dolor de cabeza y puede empezar a tener presión alta.