Estados Unidos y los países miembros del G7 están preparando nuevas sanciones contra Rusia en un esfuerzo concertado para restringir el acceso de Rusia a los productos necesarios para sus capacidades de combate. Las medidas estadounidenses tienen por objetivo, restringir de manera importante el acceso de Rusia a los productos necesarios para sus capacidades de combate y prohibir las exportaciones estadounidenses a 70 entidades en Rusia y otros países. Además, se aplican 300 sanciones contra objetivos diversos y variados, “personas, organizaciones, barcos, y aviones”, en Europa, Oriente Medio y Asia. Reino Unido anunció nuevas sanciones contra el sector mineral ruso, con prohibiciones a la importación de aluminio, diamantes, cobre y níquel para asfixiar la capacidad de Moscú de financiar la guerra en Ucrania.
Los países occidentales han aplicado una serie de sanciones sin precedentes contra Rusia desde la invasión a Ucrania en febrero de 2022, para afectar económicamente a ese país, al reducir los ingresos generados por los hidrocarburos y desorganizar su industria de defensa. Ahora, su preocupación es impedir que Rusia evite las sanciones y las últimas medidas estadounidenses también tienen por objetivo reducir la posibilidad de que eso ocurra, influyendo en el sector financiero (ruso) y en la capacidad rusa de producción de energía a mediano y largo plazo y manteniendo la congelación de los activos soberanos rusos.
Estados Unidos busca ajustar aún más sus sanciones con las impuestas por la Unión Europea y el Reino Unido para garantizar que el G7 siga lo más coordinado posible. La intención es reafirmar la determinación de las potencias mundiales de apoyar a Kiev y presionar a Moscú. El comunicado de la cumbre se dedicará a Ucrania, y la fuente estadounidense no dio detalles específicos sobre las sanciones que anunciarán otros países del G7.
Esta es una muestra más de la tensión entre Rusia y los países occidentales. Desde la invasión de Ucrania, los países occidentales han aplicado sanciones económicas y financieras contra Rusia y han desplegado tropas y armamento en Europa del Este para disuadir la agresión rusa. Además, se han impuesto sanciones cada vez más estrictas a individuos y organizaciones rusos, así como a empresas extractivas y financieras. También han aumentado la asistencia a Ucrania y han presionado a todos los países que comercian con Rusia para que sigan su ejemplo y reduzcan su dependencia de la economía rusa.
En general, el objetivo de las sanciones es cambiar la política rusa y poner fin a la guerra en Ucrania. El impacto económico de las sanciones ha sido significativo y ha afectado a la economía rusa en general, así como al sector energético y financiero. Las sanciones también han contribuido a la debilidad de la moneda rusa y a la inflación. Sin embargo, hasta ahora, no han logrado cambiar significativamente la política exterior de Rusia.
En conclusión, Estados Unidos y los países del G7 están preparando nuevas sanciones contra Rusia, anunciando un esfuerzo concertado para restringir de manera importante el acceso de Rusia a los productos necesarios para sus capacidades de combate. Las medidas estadounidenses tienen por objetivo, restringir de manera importante el acceso de Rusia a los productos necesarios para sus capacidades de combate y prohibir las exportaciones estadounidenses a 70 entidades en Rusia y otros países. Además, se aplican 300 sanciones contra objetivos diversos y variados, “personas, organizaciones, barcos, y aviones”, en Europa, Oriente Medio y Asia. Las sanciones buscan cambiar la política rusa y poner fin a la guerra en Ucrania, pero hasta ahora, no han logrado cambiar significativamente la política exterior de Rusia.