Un nuevo estudio publicado en la revista académica Current Biology ha revelado las sustancias químicas presentes en el olor corporal del ser humano que atraen a los mosquitos, especialmente a los Anopheles gambiae, que transmiten la malaria.
Para llevar a cabo los análisis, los científicos crearon una instalación protegida del tamaño de una pista de patinaje donde las tiendas de campaña con mosquitera emitían el olor corporal de los participantes en el estudio, y cientos de mosquitos recibían entonces un bufé de estos olores, mientras se registraba su movimiento hacia las distintas muestras.
Los resultados revelaron que los mosquitos se sienten más atraídos por los ácidos carboxílicos del aire, incluido el ácido butírico, producido por las bacterias de la piel humana y presente en algunos quesos. Por otro lado, se descubrió que otra sustancia química llamada eucaliptol, presente en las plantas, disuade a estos insectos.
El hallazgo podría ayudar a desarrollar señuelos o repelentes que puedan utilizarse en trampas para alterar el comportamiento de búsqueda de huéspedes de los mosquitos, controlando así los vectores de la malaria en regiones donde la enfermedad es endémica. La malaria sigue causando más de 600.000 muertes al año, sobre todo en niños menores de 5 años, y también en embarazadas.