La inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas a un ritmo vertiginoso. A medida que se hacen más comunes las máquinas y sistemas de IA en diferentes campos profesionales, es natural que los artistas, fotógrafos, periodistas y otros profesionales se preocupen por el futuro de su trabajo.
Sin embargo, según la historia, la preocupación por los avances tecnológicos no es algo nuevo, ya que se ha manifestado en repetidas ocasiones durante los últimos siglos. En el pasado, las preocupaciones acerca de la tecnología que podrían poner en riesgo el trabajo libre de algunas personas han sido comunes en momentos clave, como durante la Revolución Industrial.
Sin embargo, según los economistas de Deutsche Bank, la tecnología no ha generado una destrucción neta de empleo en la historia. La historia muestra que la tecnología siempre ha creado riqueza y más tiempo para las personas, lo que les ha permitido realizar trabajos más productivos y crear nuevas industrias y empleos que no se habrían vaticinado sin la tecnología.
En el pasado, ha habido una resistencia humana a la tecnología. En 1589, la reina de Inglaterra se negó a conceder una patente al inventor de una suerte de telar mecánico para no dejar sin trabajo a los trabajadores que usaban a diario los telares más antiguos que necesitaban varios trabajadores moviéndose al mismo tiempo.
Narraciones similares han resurgido posteriormente con la llegada de cada gran avance tecnológico. A principios del siglo XIX, los luditas destruyeron grandes cantidades de máquinas, en parte por temor a perder sus trabajos. Sin embargo, la historia revela que la tecnología siempre ha creado la riqueza y más tiempo para las personas, permitiéndoles realizar trabajos más productivos, lo cual ha ayudado a la sociedad a avanzar hacia una vida más próspera con jornadas de trabajo más pequeñas y menos duras.
Aunque la adopción acelerada y el tipo de trabajos que podría poner en riesgo la inteligencia artificial pueden hacer que esta vez sea diferente, los economistas sostienen que necesitamos desesperadamente el potencial aumento de la productividad que brinda la IA, aunque pueda haber interrupciones a corto plazo en los mercados laborales.
Además, incluso si hay cambios significativos en los mercados laborales, la historia nos muestra que la tecnología creará nuevos trabajos en nuevas industrias, y los trabajos existentes evolucionarán de tal manera que seguirán siendo relevantes. La IA no lo puede todo, y las tareas que no se pueden realizar, como la argumentación persuasiva y la resolución de problemas complejos, serán cada vez más importantes. Por lo tanto, la IA creará más empleos de los que eliminará.
En el pasado, durante los procesos de transformación que conlleva una revolución industrial, se producen ciertos cambios en los modelos productivos de los que solo se benefician, en un principio, unos pocos individuos. A medida que la sociedad se adapta al nuevo entorno y el capital humano adquiere las habilidades necesarias para participar en el proceso productivo, la desigualdad de ingresos se reduce gracias al incremento salarial de las rentas más bajas. Se crean nuevos trabajos de forma directa, y los trabajos existentes cambian de naturaleza debido a las nuevas tecnologías. Además, a medida que las tecnologías aumentan nuestra productividad y riqueza, se libera tiempo y recursos para demandar otros servicios, lo que a su vez genera nuevos empleos.
En resumen, la inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas a un ritmo vertiginoso y ha generado preocupaciones sobre su impacto en los diferentes campos profesionales. Sin embargo, según la historia, la preocupación por los avances tecnológicos no es algo nuevo. La tecnología siempre ha creado riqueza y más tiempo para las personas, permitiéndoles realizar trabajos más productivos, lo cual ha ayudado a la sociedad a avanzar hacia una vida más próspera con jornadas de trabajo más pequeñas y menos duras. Aunque la adopción acelerada y el tipo de trabajos que podría poner en riesgo la IA pueden hacer que esta vez sea diferente, la historia nos muestra que la IA creará más empleos de los que eliminará.