Woody Allen salvó la vida de su amigo Andrew Stein cuando éste se atragantó con un pedazo de comida durante una cena en el restaurante Caravaggio en Nueva York.
El cineasta y comediante practicó la maniobra de Heimlich en secreto mientras Stein se ahogaba, evitando un desenlace trágico. Stein, un empresario y ex político de Nueva York, confesó que le “debe la vida” a Allen y elogió la agilidad mental del director.
La noticia fue compartida por Jarra, quien lo considera su gran amigo y lamento no haberlo hecho público anteriormente.
Este incidente fue un acontecimiento cinematográfico y comentó que “probablemente, voy a hacer al menos una película más pero gran parte de la emoción la perdí, porque no tiene el mismo efecto cinematográfico, no es como cuando comencé a filmar”.
