En Colombia, militares y miembros de la comunidad indígena están buscando a cuatro menores de edad que estaban a bordo de un avión que se accidentó en la selva amazónica el pasado 1° de mayo. Los niños viajaban con otros tres adultos, pero solo los menores siguen desaparecidos. Luego de más de dos semanas de búsqueda, las células combinadas de rescate encontraron nuevos indicios de que los niños quizás sobrevivieron al accidente. Los indígenas y las Fuerzas Militares encontraron pañales, tenis, un accesorio de celular, una tapa de tetero y una toalla en dos áreas diferentes.
Las autoridades están analizando los hallazgos para determinar cuál pudo haber sido la ruta que tomaron los niños. El avión era operado por la compañía Avianline Charter’s y sufrió una falla en el motor cuando volaba entre Araracuara y San José del Guaviare. Fue encontrado más de una semana después cerca de Palma Rosa, municipio de Solano en Caquetá.
Por el estado de los elementos encontrados, los menores habrían estado allí entre el 3 y el 8 de mayo, lo que apunta a “la posibilidad de que los cuatro niños hayan salido con vida del accidente y posiblemente no sufrieron heridas abiertas pues no se encontraron rastros de sangre”, según las Fuerzas Militares. Las fuerzas especiales han entrado en la selva por 17 días, enfrentando dificultades en una zona donde la visibilidad es limitada.
Hasta el momento, las autoridades han hallado “un refugio construido de manera improvisada con palos y ramas”, donde se encontraron unas “tijeras y unas ‘moñitas’ que usualmente emplean las mujeres para sujetar el cabello”, e incluso trozos de frutas que supuestamente pudieron haber sido consumidos por los niños. Antes, un perro entrenado para la búsqueda halló un biberón que se presume fue utilizado para alimentar al bebé. Hasta el 18 de mayo, el último indicio de los menores fue una huella encontrada cerca de un caño a 6 kilómetros del lugar del accidente.
Más de 350 colombianos, entre instituciones gubernamentales, población civil y comunidades, están trabajando juntos en la Operación Esperanza, empleando “todas sus capacidades tecnológicas, conocimientos y experiencias para desafiar lo imposible y traer de regreso a los cuatro niños”, según el Ejército.