Un estafador chino utilizó la inteligencia artificial para hacerse pasar por un amigo cercano de un empresario y convencerle de que le transfiriera millones de yuanes.
La víctima, Guo, recibió una videollamada de alguien que parecía y sonaba como su amigo. Sin embargo, la persona del otro lado de la línea era en realidad un estafador que utilizaba tecnología inteligente de inteligencia artificial para cambiar su voz y rostro.
El estafador convenció a Guo para que transfiriera 4,3 millones de yuanes después de afirmar que otro amigo necesitaba el dinero para pagar la garantía de un concurso público. Guo transfirió el dinero sin comprobar que había recibido la suma equivalente a su cuenta bancaria personal.
Solo después de enviar un mensaje al amigo cuya identidad había sido robada, Guo se dio cuenta de su error y notificó a la policía. Finalmente, Guo recuperó 3,4 millones de yuanes y estaba tratando de recuperar el resto.
La ley que regula los deepfakes que entró en vigor en enero, prohíbe el uso de esta tecnología para producir, publicar o transmitir noticias falsas. Además, un proyecto de ley propuesto en Beijing exigiría una evaluación de seguridad para todos los nuevos productos de IA antes de ser lanzados al público.