La tensión entre Estados Unidos y China ha alcanzado un punto máximo después de que la Administración de Joe Biden añadiera a toda la industria de semiconductores china en su lista de sanciones.
En respuesta, el Gobierno de Xi Jinping ha tomado medidas contra la compañía estadounidense Micron Technology. Corea del Sur se convirtió en un actor importante en este conflicto, debido a sus relaciones comerciales con ambos países y su papel en la producción de chips de memoria.
La Administración de Biden ha pedido a Samsung y SK Hynix que dejen de suministrar chips de memoria a China con el objetivo de asfixiar a la industria tecnológica china. Corea del Sur ha mostrado su disposición de aceptar las solicitudes de la Administración de Biden, ya que su apoyo en caso de enfrentamiento con Corea del Norte es crucial.
Los acontecimientos nos invitan a reflexionar sobre la compleja interconexión entre los intereses económicos y las necesidades geoestratégicas de las grandes potencias.