Estados Unidos ha expresado su preocupación por el nuevo misil iraní, el cual tiene un alcance de 2.000 kilómetros y una cabeza explosiva de 1.500 kilos, considerándolo una “seria amenaza” para la seguridad regional e internacional.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, ha señalado que el desarrollo y la proliferación de misiles balísticos por parte de Irán es un importante desafío para el Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP), y que a pesar de las restricciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, Irán sigue buscando tecnología de misiles por parte de suministradores extranjeros y efectuando pruebas.
Por su parte, Estados Unidos sigue pensando en la diplomacia como la mejor forma para garantizar que Irán no adquiere armamento nuclear, aunque no ha dado detalles al respecto.
La presentación del nuevo misil se dio en conmemoración de la victoria en Khorramshahr, una ciudad fronteriza iraní conquistada por Irak al inicio de la guerra que ambos países libraron entre 1980 y 1988, y que las tropas persas reconquistaron en 1982.